¿Qué comprar?
Otro de los aspectos clave para que llevar a cabo una compra responsable es la compra de productos de proximidad o locales. Son aquellos productos que se producen en el entorno más próximo al lugar de compra. Cuando la distancia entre el punto de origen y el de consumo es menor de 100 km se suelen denominar productos de kilómetro 0.
Ambientales: Los alimentos de proximidad tienen una huella de carbono asociada al transporte menor que los que viajan cientos o miles de kilómetros. Además, el desplazamiento de grandes distancias suele necesitar más embalaje y, por tanto, deja más residuos, y puede generar un mayor desperdicio alimentario. Existe también el riesgo añadido de que se cuelen especies invasoras en los contenedores importados de otros países y que puedan dañar los ecosistemas autóctonos. No obstante, no se debe tener la creencia de que todo producto de proximidad va a tener siempre una huella ambiental menor que otro que provenga de más lejos. Analizar el ciclo de vida del producto y saber si se ha producido de una forma más respetuosa con el medio ambiente es clave para evaluar el impacto ambiental global del producto.
Apoyo a lo local. Los pequeños productores en granjas, cultivos o cooperativas contribuyen al tejido económico y al empleo, especialmente en las muchas zonas rurales que pierden cada vez más población. Consumir productos de kilómetro 0 ayuda al desarrollo rural, y este a su vez a la protección de los bosques, la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de razas y especies vegetales autóctonas.
Gastronomía. Los productos alimentarios de cercanía pueden recogerse en el momento idóneo y en temporada, no necesitan congelarse o someterse a tratamientos de conservación previos a la venta y aportan más frescura. Eso favorece al mantenimiento de sus propiedades intactas, lo que se nota en el gusto y la cocina.