Editorial

Alejandro Martinez Berriochoa
Director de Salud, Sostenibilidad y Calidad de EROSKI

Las desigualdades en nuestro planeta son tales que una gran parte de la población no cubre sus necesidades básicas de alimentación y salud, mientras que en los países industrializados contamos con unos modelos insostenibles de producción y consumo. Se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos al año cuando casi 2.000 millones de personas padecen hambre o inseguridad alimentaria. Teniendo en cuenta el crecimiento imparable de la población, se estima que en 2050 necesitaríamos tres planetas para abastecer a los 9.600 millones de personas que habitarán la Tierra en ese momento. La única solución pasa por evitar el despilfarro de recursos, generar procesos de producción más eficientes y desarrollar hábitos de consumo responsables.

La urgencia por un cambio de modelo es tal que las Naciones Unidas han definido los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que marcan el camino para revisar nuestros hábitos de vida y de compra con la mirada de promover el bienestar y alcanzar un balance entre el desarrollo económico, social y ambiental. Porque eso es precisamente la sostenibilidad: un equilibrio que permita abastecer nuestras necesidades actuales sin comprometer las de las generaciones futuras. Este tipo de consumo implica una elección sopesada del consumidor y, para poder tomar ese tipo de decisión, las personas consumidoras debéis contar con la información relativa al impacto ambiental y social de los productos.

Cada vez hay más oferta de alimentos y otros productos ecológicos o con sellos que garantizan que se producen con criterios de sostenibilidad, con bienestar animal garantizado, de proximidad, con sello de comercio justo, etc. Además, se está avanzando en nuevas metodologías que permitan valorar, presentar y comparar el comportamiento ambiental de productos, servicios y empresas sobre la base de una evaluación exhaustiva de su impacto ambiental en todo el ciclo de vida, como la Huella Ambiental de la Comisión Europea.

En este contexto, EROSKI, como parte de sus Compromisos por la Salud y Sostenibilidad, desarrolla el proyecto “Nuevo procedimiento para el cálculo de la huella ambiental de productos alimentarios en la CAPV” (EUSKOPEF) dentro de un consorcio liderado por AZTI, Centro tecnológico y que cuenta también con la presencia de las pymes INGENET y Kaia Koop. Elk. Txikia (BOGA). Con el fin de reducir el impacto ambiental de la producción de alimentos, este proyecto está enfocado a facilitar el cálculo de la huella ambiental de los alimentos de forma armonizada y estandarizada, y a promover el comportamiento responsable de los consumidores.