Evitar el desperdicio alimentario
de alimentos ser pierden o se desperdician al año en el mundo
es el desperdicio estimado por persona al año en Euskadi
es la huella carbono de los alimentos desperdiciados al año en el mundo
Los alimentos que se desaprovechan, pese a que todavía tienen valor como recurso nutritivo para las personas, constituyen el despilfarro alimentario. La pérdida de alimentos hace referencia a su merma en todas las etapas de la cadena de valor, desde la producción inicial hasta el consumo final en los hogares. Un alimento desperdiciado es aquel que aunque es apto para el consumo humano, termina por no comerse, bien por descarte o por deterioro. Lo son, por tanto, esos alimentos que se estropean porque no se han conservado bien, los productos con la fecha de caducidad sobrepasada, frutas y hortalizas que por tener formas extrañas no se consumen… No son un desperdicio las partes no comestibles que se eliminan durante los procesos de transformación y preparación como huesos, cáscaras de huevos o espinas de pescado.
Según el Parlamento Europeo, en Europa los consumidores son responsables del 53% del desperdicio alimentario. Por eso, actuar para reducirlo es tan importante, no solo desde el punto de vista ambiental sino también desde el punto de vista ético: 800 millones de personas no tienen comida suficiente para asegurar sus necesidades nutricionales básicas y esos alimentos podrían usarse para su alimentación en vez de para acabar en la basura.
En general, las causas del desperdicio alimentario en los hogares son:
- Falta de planificación en las compras para comprar la cantidad adecuada a los menús previstos.
- Las compras por impulso y no por necesidad, auspiciadas en ocasiones, por la publicidad, ofertas, promociones, etc.
- Confusión con las fechas de caducidad y consumo preferente.
- Tamaños o formatos de productos no adecuados para la unidad familiar.
- Productos que llegan al punto de venta con un margen de vida útil demasiado pequeño.
- La falta de concienciación hacia el impacto ambiental y social que supone el desperdicio de alimentos.
- Falta de costumbre y desconocimiento para reutilizar las “sobras” o aprovechar al máximo los alimentos.