Para que un producto cosmético pueda ser considerado natural, la mayoría de certificadores exige que se cumplan los siguientes requisitos:
- Al menos el 90% debe estar compuesto por ingredientes naturales de origen vegetal (aceites esenciales, flores, frutos, raíces, etc.), mineral (como agua, arcilla o sal marina) o animal (jalea real o cera de abeja, por ejemplo).
- No haber sido testado en animales y carecer de transgénicos en su formulación.
- No incluir materias primas (en especial compuestos químicos) acerca de las que existan dudas de su inocuidad sobre las personas o el entorno.
- Los procesos de elaboración deben ser sostenibles con el medio ambiente, reduciendo el consumo energético, minimizando la contaminación y con embalajes reciclados o reciclables.
Para que sea un cosmético ecológico u orgánico, el estándar Cosmos establece que debe llevar al menos un 95% de componentes ecológicos certificados de origen vegetal o animal.
Para escoger un producto que sea realmente natural, ten en cuenta:
- Busca las marcas que más te gusten e informarte sobre el fabricante. Las empresas que no tienen nada que ocultar suelen incluir su certificación y un listado de ingredientes en su web.
- Elige cosmética certificada. Las más comunes en España son BioVidaSana, Cosmos y Natrue.
- Fíjate en los componentes; estarán ordenados por orden de importancia. Cuanto más atrás aparezca, menor será su porcentaje en el producto final.
- Mejor la cosmética con pocos ingredientes, y que la mayoría sea de origen vegetal. Para distinguirlos, hay que saber que se usa el nombre de la planta en latín seguido de aqua, water o distilate, para hidrolatos y aguas florales; extract, para extractos; oil, para aceites; butter, para mantecas vegetales; y wax, para ceras.
- Evitar los ingredientes potencialmente peligrosos para la salud o el medio ambiente.
- Asegurarse de que la cosmética cumple con todos los requisitos legales y está correctamente registrada.